Una de las mejores decisiones financieras, que una persona puede tomar, es invertir sus ahorros en bienes raíces. Gracias a ellos podría alcanzar la estabilidad de sus finanzas personales y la independencia financiera que tanto desea.
Sin embargo, poner una propiedad bajo alquiler, no se trata sólo de conseguir a alguien que pueda cancelar el alquiler mes a mes, ya que también es necesario mantener una buena relación con el inquilino.
A continuación, te dejo algunos consejos que podrían ayudarte:
1. Cultiva la relación
Mantén una comunicación efectiva con tu inquilino. Entre otras cosas, esto supone responder con rapidez cuando se ponga en contacto contigo. También debes tomar la iniciativa y verificar cada mes que todo está en orden, así como mantenerte en contacto con los vecinos para saber si han tenido algún inconveniente con el ocupante.
Recuerda, la comunicación es la regla del oro en el alquiler. Una comunicación constante permite que la relación entre propietario e inquilino se consolide poco a poco.
2. No te entrometas
Tanto propietari@ como inquilin@, deben respetar los límites de la otra persona. Entrometerse en asuntos que no les corresponden, pueden poner en riesgo la relación. Por tanto, nada mejor que la transparencia, la flexibilidad y los deseos de respetarse mutuamente; es decir, no meterse donde no los llaman para evitar posibles discrepancias.
3. Se un@ buen@ oyente
Es importante que te sientes a escuchar a tus inquilinos en el caso de que surja algún inconveniente, pues te permitirá descubrir qué es lo que les molesta y, desde allí, podrás tomar las riendas de la discusión para encontrar una pronta solución. No te pongas a la defensiva o te molestes, el levantar la voz sólo empeora las cosas.
Además, es importante que demuestres que entiendes su punto de vista, aunque no estés de acuerdo. Hablar con calma, y asentir ligeramente con la cabeza, haré que te ganes a tu inquilino con mayor facilidad.
4. La legalidad por delante
Un buen contrato permite, a propietari@ e inquilin@, sentirse cómodos y respaldados. En el documento se deberá llegar a acuerdos que satisfagan las necesidades de ambas partes, y que estipulen los derechos de cada quien.
Si tienen un problema que ha sido tratado en el contrato, ambas partes deberán ser capaces de saber cómo proceder. Por eso es importante tener un acuerdo amplio. Si, por ejemplo, no quieres fiestas ruidosas o visitantes que pernocten, asegúrate de escribirlo explícitamente en el contrato.
5. Conserva un rastro documental
Las pruebas concluyentes, pueden ayudar a resolver disputas en lo que respecta a reparaciones, pagos y comportamiento aceptable.
Encarga fotografías de la propiedad y haz un inventario al inicio del nalquiler. Guarda un archivo con copias de todos tus correos electrónicos y facturas. También deberás incluir fechas y horas de las llamadas telefónicas, junto con notas sobre las conversaciones. Guarda una copia nde todas las cartas de advertencia que les hayas enviado a tus ninquilinos junto con sus respuestas. Si un caso llega a juicio, esta documentación tendrá un valor incalculable.
Recuerda: Más vale prevenir que lamentar.