Hoy hablaremos sobre un análisis realizado por expertos sobre el comportamiento de ahorro que tienen las familias. Este comportamiento no es lineal y las ciencias económicas buscan darle explicación a este fenómeno desde varios enfoques.
Según un artículo publicado en El Economista, este análisis requiere de un enfoque multifactorial, donde ni las explicaciones tradicionales ni el comportamiento de los mercados pueden explicarlo por si mismos.
Según múltiples estudios realizados en las últimas décadas, los factores que influyen en el comportamiento de las familias en cuanto al ahorro, pueden ser de diversos orígenes e impactar de forma diferente en cada individuo según su contexto, sus creencias y sus experiencias.
Cuenta el artículo que en el estudio “(Ir)rational households’ saving behavior? An empirical investigation”, los investigadores Kapounek, Korab y Deltuvaite, pusieron especial atención en el comportamiento de familias de ciertos países de Europa. Encontraron tres factores primordiales: el primero, relacionado con la percepción del horizonte de ahorro; el segundo, relativo a la capacidad en los hogares de realizar acciones que les permita controlar el gasto y, tercero, la percepción de la facilidad con que en los hogares “se cree” que se puede controlar el gasto.
En base a estos hallazgos se dan cuenta que hay un elemento único que está presente en los tres factores y, espero no te lleve por sorpresa, es el sentimiento de certeza y confianza que tienen las familias en los distintos ciclos económicos que tiene su país.
Uno de los factores que encontraron, tenía relación con el horizonte de tiempo. Si las personas miran el futuro de su país con desconfianza, esto tendrá un impacto directo en los patrones de ahorro.
Parece mentira, pero ese sentimiento de desconfianza es mucho más determinante que los marcadores habituales de inflación o rendimiento de las inversiones.
Otro hallazgo interesante fue la relación entre el nivel de déficit de las arcas de un país y el aumento o disminución de la motivación por el ahorro en las familias. Cuando el aumento del déficit fiscal está en boca de todos, crece la desconfianza en el futuro llevando a las personas a pensar en las decisiones de largo plazo como lo es el ahorro.
En tiempos tan inciertos, en donde muchos países parecen tener un futuro no tan prometedor, la incertidumbre acerca del ahorro aumenta en las familias porque no saben qué sucederá.
Lo cierto es que en cualquier circunstancia, siempre hay personas que encuentran oportunidades donde otros ven solo problemas… La diferencia, la educación financiera.
Si así no lo fuera, a todas las personas les sucederían las mismas cosas, estando en las mismas condiciones y en las mismas circunstancias, pero eso no es así. La diferencia fundamental es la visión. Quien tiene visión de inversionista se prepara para cuando llegue el próximo inverno financiero y eso es algo que está al alcance de todos.
¿Se logra enseguida? No. ¿Es un camino fácil? Claro que no. Primero requiere de mirarse, tomar responsabilidad del presente y transformar esos pensamientos que lo llevan a, por ejemplo, no ahorrar porque en su país en cualquier momento pasa algo.
El ahorro es la base de cualquier fortuna, todos los millonarios comenzaron con el primer dolar. Desarrollar el pensamiento de largo plazo, o sea, pensamiento de inversionista, es la piedra fundamental para lograr cualquier meta que nos propongamos, desde dejar de gastar de más hasta alcanzar nuestra paz financiera.
Una vez mas, la diferencia, es la educación financiera.
Recuerda que lo único que te aleja de lograr lo que tú quieres es un pensamiento que NO es cierto.
